Sin Ona Carbonell, con vértigos y mareos, el conjunto español terminó quinto en el Preolímpico de Rio. Ucrania, con Anna Tarrés al mando, oro
La natación sincronizada española, uno de los tradicionales motores del medallero español en las últimas ediciones de los Juegos Olímpicos, no estará en Rio de Janeiro el próximo verano tras finalizar en quinto lugar en el preolímpico que se celebra en la misma ciudad brasileña. Sólo las tres primeras plazas, que ocuparon Ucrania, Japón e Italia, tenían pasaporte olímpico, y las españolas fueron superadas incluso por Canadá.
Ona Carbonell, la capitana española, no tomó parte en la rutina libre del domingo (sí lo había hecho en la rutina técnica del sábado) aduciendo vértigos y mareos a consecuencia de un golpe en la cabeza que se dio en durante un entrenamiento el pasado viernes. Sin embargo, achacar el KO español a esta ausencia, aunque tentador, resultaría del todo irreal.
España ha perdido protagonismo de manera irremisible en los últimos años en un deporte en el que llegó a ser la segunda potencia mundial en su época de esplendor, y no es casual que el comienzo del fin llegase con la destitución de la seleccionadora Anna Tarrés después de los JJ.OO. de Londres’2012. En aquella cita olímpica España se colgó una medalla de plata y otra de bronce y en la precedente (Pekín’2008), dos platas. Fernando Carpena, presidente de la Federación Española de Natación (RFEN), esgrimió como motivos del relevo en la cúpula técnica que se hacía “para buscar la medalla de oro”.
Menos de cuatro años después, el oro está más lejos que nunca y España se queda fuera de una cita olímpica en la modalidad de equipo por primera vez desde Sydney’2000. Sólo Rusia y China podían tutear a España en los tiempos dorados. Desde hace algún tiempo Ucrania, Japón ya le han dejado atrás, y ahora incluso Italia y Canadá, que llevaban más de una década siendo claramente inferiores, son mejores.
La evidencia de la hecatombe de la sincronizada española es más sangrante aún si en el otro lado de la balanza se pone la actuación de Anna Tarrés, que está al cargo de las coreografías del equipo ucraniano, que ha ganado este Preolímpico de Río superando contra pronóstico a Japón, la potencia emergente de los últimos tiempos.
En los Juegos de Rio la sincro española sólo estará representada en el dúo, con Ona Carbonell y Gemma Mengual. Y sus posibilidades reales de medalla son prácticamente nulas, puesto que las parejas rusa, china, japonesa y ucraniana son ahora mismo superiores, y cambiar esa tendencia en un deporte en el que se valora el ‘quién es quién’ es una labor que lleva años.
La falta de continuidad en el dúo español desde la retirada precipitada de Andrea Fuentes es un problema obvio: Ona, que fue quien la acompañó en Londres’2012, ha tenido desde entonces tres parejas distintas: Marga Crespí, Paula Klamburg y ahora, en un tirabuzón a la desesperada de la RFEN en busca de viejos brillos, una Mengual que ha regresado tras una larga ausencia y que disputará sus cuartos JJ.OO. con 39 años cumplidos.
Hasta ahora la Federación ha escondido la cabeza bajo el ala pese a que los síntomas de la desintegración de la sincro eran más que evidentes. Se ha intentado esconder la porquería debajo de la alfombra, pero hace tiempo que hay una fractura interna en el seno del equipo y severas discrepancias con la cúpula técnica que forman Esther Jaumà y Ana Montero. La enfermedad está ya tan avanzada que ni siquiera se necesita un ojo entrenado para detectarla. La cirugía es imperativa, pero la pregunta es: ¿quién va a sujetar el bisturí?
CLASIFICACIONES
1. Ucrania 186.7855 p.
2. Japón 186.7330
3. Italia 181.7487
4. Canadá 181.0348
5. ESPAÑA 178.8970
(Clara Basiana, Cecilia Jiménez, Paula Klamburg, Sara Levy, Meritxell Mas, Paula Ramírez, Cristina Salvador y Alba Cabello)
6. Francia 172.1461
7. Chile 145.0858
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